viernes, 4 de abril de 2008

¿Ave Fénix?


Pues la verdad es que tenía pensado escribir esta entrada desde el momento en que recibimos la catastrófica goliza ante los escualos el sábado de la semana pasada. Un sábado verdaderamente trágico considerando que ese mismo día ocurrió lo que describo en la terrorífica entrada denominada "Diluvio sabatino" más abajito. Y digo "recibimos" porque para que aquéllos que no lo saben, aclaro que soy americanista...... hey, esperen, no se vayan! :'(......
Bueno, ni pedo... Habiendo perdido entonces al 80% de mi audiencia web-iana (ojo que me refiero a web del internet, no web de w..ón, si no se me va otro 10% de audiencia), continúo con mi relato de que digo "recibimos" porque a diferencia de muchos dizque aficionados al club de Coapa, yo sí estoy con mi equipo en las buenas y en las malas. Digo, es un hecho que les echo pestes con todo cuando veo actuaciones en las que de plano pareciera que les vale madres el tamaño de la afición que están representando al portar esa playera. No lo voy a negar. Pero en términos generales, apoyo al equipo SIEMPRE porque me considero un aficionado a lo que el club representa y a su historia, más no a los jugadores que últimamente suelen pasar sólo para cobrar su chequecito, como el caso Castromán.

Entonces les decía que pensaba escribir una seria y profunda reflexión sobre la que ya es oficialmente la peor crisis en la historia del América, que sin duda es un reflejo del cúmulo de pésimas decisiones que se habían venido tomando incluso desde antes de ganar el último par de campeonatos en los veranos 2002 y 2004, ante la complacencia (o quizá indiferencia) del Sr. Azcárraga.

Desde hace dos o tres jornadas su servidor, en un principio renuente a reconocer que el problema era producto de la conclusión de un ciclo en muchos de los actuales jugadores azulcrema, o de la falta de amor a la camiseta de los canteranos, había llegado a la conclusión de que quizá los problemas sí eran esos. Incluso que el problema ya iba más allá de esos factores, más allá de la capacidad del DT, y más allá de la coordinación futbolística. Había concluido que en general los jugadores tenían miedo de salir a la cancha. Igual que como le ocurrió a los chavos de la sub-23 ante Haití.

Pero oh sorpresa divina que atestigüé el miércoles 2 de abril!

Una novela que empieza con el prólogo idéntico al de semanas anteriores: Inseguridad, desconfianza, nerviosismo en el toque... y el ingrediente más importante a la ya de por sí inmensa presión que viven los emplumados: México vs Argentina, nuestro jefe de jefes en el futbol del último par de años... Se viene entonces una constancia casi inmediata de la capacidad del rival mediante un zapatazo desde fuera del área que logra cimbrar el travesaño de Ochoa, sólo para dejarle en claro que aquel disparo de Maxi en Alemania no fue ninguna casualidad. Segundos después del tiro, la mirada del arquero nacional lo dice todo. El mensaje le ha quedado bastante claro. No pasan más de 5 minutos cuando cae el primer gol de la quiniela. La lógica se da y River inicia lo que estaba pronosticado sería un festín de goles sudamericanos. Por varios minutos continúa la historia apegada al libreto, hasta que poco a poco comienzan a aparecer destellos de vida en los ahora denominados "pichones". Pero nada extraordinario.

Inicia el segundo tiempo y esta vez la historia es radicalmente opuesta. Un América distinto, agresivo, con la convicción de ir al frente, sin nada que perder y todo por ganar... pero sobre todo, un América que reflejaba después de años de no hacerlo, alegría por jugar y un orden del medio campo hacia adelante. Por fin resurgieron liderazgos en diversas zonas del campo, aspecto profundamente olvidado tras la partida del Temo. Un Rojas pundonoroso levantando la mano por la defensa, un Íñigo y un Esqueda con deseos de sacarse la espina de su experiencia en el Tri, un Cervantes sacando el orgullo ante la falla, un Mosqueda ignorando al fin las comparaciones con su antecesor, cambiando la soberbia por el futbol que sabe que tiene en los pies, y un Cabañas retomando su sobrado nivel ante la crítica. En términos general, un América que volvió a ser el América. Y el resultado final: una joya de partido en la que el sotanero del futbol mexicano demostró al líder del futbol argentino que en este deporte, a la hora de estar en el campo, los números no cuentan.

Sería utópico pretender engañarse creyendo que el pichón es ahora nuevamente un águila por haber demostrado en 45 minutos lo que no ha hecho en todo el año. Sin embargo, ante el actual entorno alrededor del club, en el que ya es por todos los medios futbolísticos conocido que se viene una reestructuración total en el América, llega a mi mente la mitología de aquélla misteriosa ave de espectacular plumaje rojo y amarillo, de fuerte pico y garras, en la que debe ser cumplida una importante precondición para descubrir la grandeza de dicho ser: el Fénix muere para renacer con toda su gloria...

1 comentario:

Don Isra dijo...

Pues si, se te fueron los bloggeros, pero bueno, ya regresaran.

Como seguidor del américa que tmabién soy, te digo con mucha convicción que que bueno que nos está pasando esta crisis.

Era necesaria, para ver los problemas que hay desde todos los angulos, para hacer una limpia TOTAL, y entonces, salir adelante.

Otro de los deportes que disfruto es el Americano, y en este deporte se tiene lo que se llama, "Una temporada perdedora", los equipos se declaran como una franquicia perdedora cuando ligan unos cuantos partidos perdidos y admiten que no pueden mejorar.

El declararse como perdedor una temporada, no te hace menos, al contrario, es el primer paso para ser grande. El el Americano, corren a todos, desde el preparador físico, hasta el CEO de la franquicia, y se hace una limpia total en la cual queda, literalmente un equipo nuevo la siguiente temporada.

Esto mismo, debe hacer el America, probar estos 5 partidos que quedan a la gente con la que se va a quedar, meter fuerzas básicas a jugar para poder probarlos y ver quien funciona y quién no, tratar de rescatar esta temporada no va a servir de nada, son solo 5 partidos los que quedan, es mejor aprovecharlos para seguir aprendiendo.

Isra